En épocas prehispánicas, la actual Plaza Central de Abancay, era un cementerio.
Algunos registros indican que en los inicios de la República, esta plaza era una pampa que servía como lugar de expendio de gallinas y que, durante las festividades (religiosas o cívicas), era utilizada como plaza de toros.
Ya comenzado el siglo XX, la Plaza Central de Abancay estaba ornamentada con estatuas que simbolizaban las estaciones. También había una pileta al centro con una estatua llamada Pascualito y muchos naranjos que completaban el conjunto.
Actualmente, en la plaza se pueden apreciar palmeras africanas. Frente a la misma hay una catedral austera cuya fachada curiosamente, no mira hacia la plaza sino hacia una calle lateral, y con una sola torre que posee un reloj siempre a la hora.
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